lunes, 26 de julio de 2010

Carne por placer

Por Manuel Zorrilla Noriega
Nota de opinión

¿Es fundamentalista manifestarse en contra de la crueldad?


...en el caso de un esquimal o un bosquimano del Kalahari, cuya supervivencia depende de comer lo que caza, no tengo nada que decir...



Fotografía de Queen of hearts

Hay muchas razones para no comer carne: argumentos ambientalistas, de salud, de ahorro económico, de solidaridad con los menos favorecidos, etc. Muchos están explorados, por ejemplo, en la página HazteVegetariano.

Para mí, las razones de respeto por la vida pesan más que todas las demás juntas. Ahora, en el caso de un esquimal o un bosquimano del Kalahari, cuya supervivencia depende de comer lo que caza, no tengo nada que decir. Pero actualmente en las grandes ciudades la gente come carne por placer. Resulta que el concepto de quitarle la vida a un animal con el solo propósito de procurarme el placer de comer su carne me resulta francamente obsceno.

Ahora, la valoración moral del vegetarianismo es discutible. Se puede argumentar por ejemplo, que el trato que los animales reciben en las granjas industriales constituye una infracción moral y una afrenta a los derechos de los animales mucho más grave que el carnivorismo
per se, así que los ovolácteovegetarianos no estamos exentos de culpa.

La caza "deportiva", las corridas de toros, el uso de abrigos de pieles (y los horrores de las "granjas de pieles"), el aleteo de tiburones (es decir, la práctica de pescarlos, cortarles las aletas para hacer sopa y devolverlos todavía vivos al mar, para que se desangren hasta la muerte), la matanza de focas y la caza de ballenas son temas en los que las emociones me rebasan. Me provocan una respuesta pasional de rabia.

En general, la gente hace muchas cosas con las que no estoy de acuerdo,
pero con casi todas soy tolerante y desde luego, no me hacen enojar. La crueldad hacia los animales no humanos o hacia otras personas es una excepción.

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