Por Paz Merino
Me levanto cada mañana a la expectativa de lo que el día me depara. Animosamente bajo las escaleras en busca de una taza de café: la primera elección del día. ¿Orgánico, mexicano, colombiano, soluble?; ¿con azúcar, sin azúcar?, ¿qué tipo de azúcar: mascabado, edulcorante, azúcar refinada?; ¿con leche?, ¿entera, deslactosada, de soya, orgánica?
¡Ahhhh! Demasiadas preguntas, ¡yo sólo quería un café!
Lo resuelvo de la manera que considero más responsable: quiero un café mexicano, sin azúcar y con un poco de leche orgánica. Ahora sí, podemos comenzar el día.
Inevitablemente, la decisión más responsable siempre me sabe mejor. Elegir de manera consciente los productos que consumo agrega un valor al placer del buen aroma y sabor de esa primera taza de café. Las decisiones que tomamos en el día a día son de vital importancia: así como elegimos convertirnos en ingenieros o abogados y determinar el rumbo de nuestras vidas; con nuestras decisiones culinarias estamos contribuyendo a marcar el destino de nuestra comunidad.
Es difícil medir las consecuencias de nuestras decisiones culinarias. Sin embargo, es nuestra única alternativa de acción. Comer de manera responsable con el medio ambiente, con la comunidad, y comprometernos con la salud de nuestro cuerpo, es una manera de afectar positivamente el medio en el que vivimos de manera real.
¿Cómo ser un optimista frente al plato?
Mercado de alimentos. Atlixco, Puebla. ©Paz Merino |
No se trata de un día salir de casa y pretender cambiar el mundo de un solo golpe; se trata de contribuir un poco siempre, todos los días. Las grandes transformaciones vienen con la constancia, hay que hacer un compromiso sincero con la alimentación, ésta es un motor de cambio real, un factor que sucede tres veces al día, todos los días en México multiplicado por 100 millones de habitantes. Porque comer es una necesidad básica que afecta el ambiente en el que vives y porque es verdad: es posible cambiar al mundo desde tu cocina.
Aquí, una lista muy simple de cinco cosas con las que te puedes comprometer para todos los días de tu vida.
1. Prefiere productos nacionales.
2. No consumas productos empacados con unicel o embalajes innecesarios.
3. Prefiere productos frescos.
4. Reduce tu consumo de carnes.
5. Reduce tu consumo de bebidas endulzadas.
Es posible ser congruentes con la modernidad, con el medio ambiente, con tu comunidad, con tu paladar. Sólo necesitamos una disposición constante para recordar que, más allá de un platillo sabroso, existe la vida de cientos de especies animales y vegetales, y el trabajo de muchos seres humanos.
¿Qué vas a comer hoy para cambiar al mundo?
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