lunes, 16 de enero de 2012

Comida en la feria


Una amiga vino del extranjero a pasar un tiempo en México, en su recorrido por varias ciudades visitó el D.F por un fin de semana. Le ofrecí mostrarle la ciudad y la llevé a conocer museos, iglesias, mercados y  plazas, pero para enseñarle una cara distinta de la vida en México y variar un poco su agenda fuimos a la feria con algunos amigos.
Como en cada feria, había varios tipos de juegos: carritos chocones, carruseles, un toro mecánico, juegos de destreza, uno que otro lector de cartas que anunciaba poder predecir la suerte y hasta una carpa en donde invitaban a conocer a “Esmeralda la mujer lagarto”. Sin embargo, la mayor atracción es la comida.
Puestos de tacos,  algodón de azúcar, helados, hot dogs, hamburguesas... Elegir algo fué difícil. Yo empecé con uno de mis favoritos, los esquites: granos de maíz sazonados con mayonesa, queso, limón y chile. Normalmente se sirven en unicel, “¿Por favor, me los puede servir en mi tacita?”, “Cómo no güerita” (en México, en los mercados y puestos callejeros los vendedores llaman "güerita" a sus compradoras, ya sean morenas o rubias, en parte porque desgraciadamente existe la creencia que ser  llamada así es halagador, y en parte por la fuerza de la costumbre de hacerlo. Creo que es momento de pedirles a los marchantes que nos digan de otra manera...)

Ahorré un vaso de unicel y uno de mis amigos al conocer el proyecto y entusiasmado al respecto me pidió mi plato prestado y comió pancakes,  que en México son mejor conocidos como “hot cakes”, vasos y platos ahorrados, barriga llena y corazón contento. Continuamos el tour por la ciudad, siguiente parada: Garibaldi, ninguna visita a México se siente completa si no hay una noche de tequila acompañado de musica y Mariachi.

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