Por Claudia Luna
Tres mentes ingeniosas y con ganas de hacer las cosas bien, tres hermanos: Pablo, Alejandro y Fernando, son los creadores de Mexican Organics, proyecto que impulsa a pequeños y medianos productores del campo y reconoce la biodiversidad de México.
Tres mentes ingeniosas y con ganas de hacer las cosas bien, tres hermanos: Pablo, Alejandro y Fernando, son los creadores de Mexican Organics, proyecto que impulsa a pequeños y medianos productores del campo y reconoce la biodiversidad de México.
Sin desperdicios
Llevamos cinco años trabajando en este proyecto. Comenzamos por estudiar qué sectores son los más fuertes en cuanto a consumo humano y encontramos que la agricultura era una de ellas, sin embargo, también encontramos que la situación para los productores locales era alarmante. Nos dimos cuenta que no recibían un pago justo por sus cosechas y que apenas alcanzaban a vender un 35% de sus productos, lo demás era prácticamente merma.
Así surgió la idea de buscar un método que hiciera rentable las cosechas de los productores, y aunque es caro, optamos por la liofilización, que consiste en extraer el agua contenida en un alimento por medio de deshidratación al vacío a bajas temperaturas. Realmente no es algo nuevo, nosotros sólo retomamos este proceso por que no destruye las propiedades nutricionales de los alimentos y permite conservarlos por mucho más tiempo. Este proceso se está llevando a cabo en España, así que decidimos comenzar en México.
Nos documentamos y decidimos empezar por frutas. Recibimos asesoría de la Universidad de Chapingo para escoger a nuestros proveedores. Una vez que teníamos toda la información buscamos a pequeños productores orgánicos de Veracruz, Guerrero, Chiapas, Guanajuato, Puebla y Nayarit; cada uno de ellos nos suministra piña, mango, plátano, fresa, frambuesa y limón. Nuestros seis productos han sido bien recibidos en los restaurantes.
Paso a paso
Hemos pensado en expandir nuestro catálogo con verduras o cambiar la presentación de nuestros productos. Actualmente estamos organizando varios talleres de demostración en el Centro de Artes Culinarias Maricú, ahí les enseñamos a utilizar estos productos en comida salada, dulce, repostería y coctelería.
Es hora de reconocer el valor de la tierra, que a pesar de "vivir bien" empecemos a vivir mejor y de manera justa para cada uno de los que habita en este planeta.
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