sábado, 9 de abril de 2011

Todos los días


Cuentos de café, Veracruz

Todos los días vuelvo a la plaza esperando encontrarte. El aroma del café tostado me obliga a sentarme en una de las mesas de los portales.  Siete campanadas riegan la noche entre una algarabía de palmeras, marimbas y damas con abanico. Es hora de que aparezcas.  Tomo mi cuchara y la hago tintinear contra el vaso.  Enseguida se acerca un jovencito -guayabera impecable- con dos jarras en la mano. Vierte el café negro, después sirve la leche con cálculo milimétrico. Le pregunto por ti, doy santo y seña.  Te busca con la mirada y señala el final del corredor.  Envuelta en el aroma del café se acerca una mujer resplandeciente. Cuando sus ojos me rozan, ya no me importa que no seas tú.

1 comentario: