Uy, si le dijera… No se acuerda de muchas cosas después del accidente, pero ya está comenzando a vivir; antes sólo se la pasaba tratando de recordar. Pareciera que la cocina le da ciertas sensaciones que persigue en la memoria. Un olor, un sabor. A veces cree recordar alguna receta. Según ella, reconstruye los guisos de mamá. ¡Con lo que odiaba su sazón! Ahora todo lo come con cebolla y chile, cuando siempre peleaba porque mamá le ponía demasiado picante a la comida… El doctor dice que está bien, que es mejor que comience a construir sus recuerdos poco a poco, que tome confianza porque ya nunca será la misma. Por cierto, don Fernando, ¿a cómo tiene el kilo de tomate? No se le olvide ponerme tres cebollas, cuatro chiles y un ramito de epazote.
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