Por Luis Enrique Acevedo
Rescatar los desperdicios de energía puede ayudar a preparar el desayuno.
Los Simpson es una serie que ha cautivado a millones de televidentes. Hasta ahora, no existe tema político, social, científico, cultural y gastronómico que no se haya satirizado en sus más de 464 episodios.
En el capítulo sobre los derechos de la mujer, Marge y su amiga Ruth Polines escapan de la policía y son perseguidas por Homero y el jefe Gorgory. Después de perderlas de vista, este par decide detenerse en medio del desierto y pasar la noche ahí. Al día siguiente, para desayunar cocinan unos huevos con el calor residual del motor de la patrulla.
Todos hemos notado, que los automóviles desprenden una gran cantidad de calor después de mucha actividad. Esto se debe a que no toda la energía del combustible se convierte en energía cinética o de movimiento, mientras más eficiente sea el motor del automóvil, menos calor desprenderá durante su operación. El funcionamiento de un motor o de cualquier sistema energético cumple la primera ley de la termodinámica: “La energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma”. De esta manera, el combustible ingresa al motor sufre varias transformaciones para finalmente convertirse en movimiento.
No toda la energía se puede aprovechar, una parte se dispersa en los gases de escape y en el calentamiento del motor. Los huevos al motor demuestran que la energía que no fue útil para el carro puede ser aprovechada para otro fin como cocinar. La esencia de este platillo es convertir un desperdicio de energía en algo útil y eso, se antoja.
*Luis Enrique es Ing. Mecánico especializado en Termoeconomía. Ha participado en diversos congresos de sustentabilidad y actualmente estudia el doctorado en Energía Renovable en la UNIZAR, España.
Honestamente, yo no comería huevos al motor.
ResponderEliminar