¿Te lo imaginabas?
Por Ricardo Espíndola
¿Qué hay de aquellos países que por tradición consumen su propio vino? Países con historia, producción y consumo vinícola que no gozan de fama mundial y, sin embargo, cuentan con una importante trayectoria.
Estas zonas tienen uvas finas y uvas autóctonas que no se pueden encontrar en ningún otro lugar y que, al igual que una famosa Merlot o Cabernet, pueden hacer vinos amables, fáciles de tomar, con mucha estructura y complejidad.
Rumania
Dice un dicho rumano: “Hay que tomar vino: una copa para la salud, dos para el placer y tres para un buen descanso. Cuatro le ponen a uno triste y más... ¡le vuelven loco!”. Definitivamente, un país del que poco se habla. Según estadísticas del 2007, Rumania es el décimo productor de vino en el mundo y el sexto en Europa. Cuenta con un viñedo de muy buena extensión (casi cuarenta veces más grande que México)que tiene la mitad de sus cepas nobles. Los tipos de vino rumano más solicitados en el mercado internacional incluyen tanto cepas finas como regionales (Chardonnay, Feteasca Regala, Grasa de Cotnari, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Tamoioasa Romanesca, Sauvignon Blanc y Muscat Ottonel). Y si de tradición vinícola se trata, están avalados por más de 4000 años de historia en la producción de vino. Este país cuenta con una clasificación y control de vinos muy parecido al francés, uno de los más estrictos del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario