domingo, 1 de julio de 2012

Plate Project en Chile

Hoy empiezo mis 31 días como embajadora de Plate Project. Me llamo Luza, vivo en Santiago de Chile, soy mexicana, estudio un posgrado en literatura. Soy escritora, lectora, cocinera y danzante apasionada. Tengo una loca afición por los mercados, fijos e itinerantes, porque mi alma urbana melancólica del campo encuentra en esa experiencia una ventana a los ciclos. Cada sábado, llueva, truene o relampaguee, voy por mi dosis de Tierra al mercado itinerante (tianguis, feria) que se pone a seis cuadras de mi casa. Es un mercado pequeño pero hermoso, donde he descubierto productos que muchos chilenos ignoran. Ya les presentaré los de esta temporada. Y agárrense: habrá un par de capítulos dedicados a los productos del mar. 


Santiago de Chile en invierno.
Como les contaba, la mayor parte del día me la paso entre leer y escribir, eso me da la enorme ventaja de poder cocinar y comer en casa. Lo digo sin reservas: el mejor lugar para comer en Santiago es mi casa, cuando mejor significa: barato, variado, colorido, equilibrado, hecho con cariño, mezcla de productos locales con ingredientes viajeros, vegetariano delicioso rayando en lo exótico. Lugares así en Santiago... uf... me sobran dedos para contarlos. Pero haré lo imposible por traérselos aquí. También les voy a compartir lo que viene siendo "el patache", o sea, la comilona al puro chilean estáil, igual que las picadas, los restaurantes, el asado y los platillos del invierno, que a mi parecer son los más ricos. 

Sepan ustedes que Santiago es una ciudad donde no hay comida callejera. O donde la comida callejera se reduce a experiencias tránsfugas, por no decir tristes. O donde hay que ir a buscar los dos puestos rescatables de comida callejera a barrios populares específicos, sólo en fin de semana. Eso sí, son para babear sin control. Bueno, y si no hay comida callejera, ¿dónde están los desechables en este país?  Sobre todo están en los empaques de comida del supermercado, en la comida para llevar y en las fiestas populares. Con eso los chilenos tienen para cubrir una elevada cuota de contaminantes. También trataré de mostrarles cómo es que esto ocurre. 


Anticucho dieciochero: brocheta de carne, protagonista de la fiesta de independencia,
celebrada el 18 de septiembre.
Atrás: vino pipeño con helado de piña,  mejor conocido como terremoto.
Todo servido en material desechable...

Adviértoles: mis experiencias culinarias no representan el habitus chileno, pero eso no quita que sea una observadora respetuosa y siempre dispuesta a compartir la cultura gastronómica de los lugareños. Así que este mes, Plate Project será un cruce entre México y Chile. Y todo lo que quepa entremedio, como dicen por acá.


Pizarra a la salida de un cafecito en el pueblo de Pisco,
Valle del Elqui.





4 comentarios:

  1. Hola!, Te felicito por la experiencia, aquí estaremos para leer lo que tengas que contar, siempre es interesante la opinión de extranjeros entusiastas. Bienvenida a Chile!!!, Saludos desde Viña del Mar!!!

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  2. Hola!!!! encantda de conocerte, me encanta tu blog asi que me quedo por aqui para seguirte.

    Saludos desde barcelona ( españa )

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  3. eh buenísimo, lo que quieras te ayudo, soy cocinera y vivo en stgo, pero soy del norte por lo tanto tengo harta experiencia con el alimento del mar.

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    1. Zara, me encantaría visitar el mercado central de la mano de una conocedora. Avísame cuándo te queda bien. Mi mail: luza.alvarado@gmail.com Saludos!

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