Refrigerador
Por Paz Merino
Estaba
harto, aburrido de ser un simple contenedor de acero que transportaba latas y
conservas, frutos secos, marchitos, sin color.
Había dado la vuelta al mundo en numerosas expediciones, mirando de lejos las delicias vivas que pasaban por las manos de habitantes tan diversos como sus paladares. Mis goznes pedían a gritos una transformación, algo que permitiera a la humanidad probar aquellos manjares de frescura venidos de ultramar.
Había dado la vuelta al mundo en numerosas expediciones, mirando de lejos las delicias vivas que pasaban por las manos de habitantes tan diversos como sus paladares. Mis goznes pedían a gritos una transformación, algo que permitiera a la humanidad probar aquellos manjares de frescura venidos de ultramar.
Pero
fui juzgado y declarado culpable. Me atribuyen el cambio climático, la huella
de carbono, la pérdida de los mercados locales, el aumento en los costos de los
vegetales. Yo, que sólo quería compartir mis travesías, me encuentro en
prisión. Ahora recuerdo todo aquello como un viejo sueño de futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario