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jueves, 5 de julio de 2012

Calientito el motemei

Por Luza Alvarado 
Twitter: @luzaenlinea





"Calentiiitooo el motemeeeiii. Lleve motemeiii, motemeiii calentitoooo". 

Escuché el canto a lo lejos y me saltó el corazón. Era el pregonero, el vendedor de motemei. Pensé que no lo volvería a ver porque me había cambiado de casa, pero no contaba con que mi nueva ubicación estaría en su ruta. 

Ha hecho tanto frío que las ventanas están empañadas y es imposible ver hacia afuera. Igual que en los días de lluvia que a uno se le pasa la parada del camión porque desde adentro no se ven más que esferitas borrosas. Abrí la ventana de la sala y me empiné para aguzar el oído. Venía hacia acá. A lo lejos pude distinguir el farolito que lleva colgado en uno de los extremos de la bicicleta. Un farolito con una vela que hoy, con la iluminación de la ciudad, se ha convertido en una metáfora del oficio: un destello que se aferra a morir en el olvido.

Corrí a ponerme el abrigo y las botas. Deprisa, que no fuera a seguir de largo. Una bota, la otra, las llaves. Pasó justo frente a mi ventana. Casi me caigo pero alcancé a asomarme: ¡Señor, espere, ahorita bajo!

Era un milagro. Este vendedor pregonero es uno de los últimos que quedan en Santiago, y parece que también en Valparaíso el oficio ha sido desplazado por las ofertas globalizantes (sushi, pizza, fajitas...). Es un milagro pero también es una pena, porque el maíz que se usa para el motemei es una de las pocas variedades no transgénicas en Chile. Una vez más me lamento por la indiferencia, porque el destino de las semillas originarias está tejido a los oficios tradicionales y a la memoria de los pueblos. 

Mientras bajaba las escaleras a saltos, el canto del pregonero lanzó mi espíritu hasta la ciudad de México. noche de octubre, colonia Roma, vendedor de camotes. El silbato y luego el pregón: ¡Camoteeees, camoteeees! La "e" bien apretada en la garganta, queriendo salirse por la nariz en forma de "i". Otro salto. Mi memoria sonora recorre las inflexiones en las voces de los antiguos pregoneros chilenos: mote de maíz - mote 'e maí - mote maí - mote meí - motemei.  Sorpresa.

Abro la puerta y como un abrazo me envuelve el aroma. Maíz hervido en lejía con fuego de carbón. Maíz ahumado, viento frío. ¿Dónde estoy? Estoy en el mercado de Pátzcuaro a fines de enero, a eso de las 8 de la mañana. El atole de guayaba y las corundas se calientan en un enorme comal. Estoy en Cholula, frente a un puesto de quesadillas a las seis de la tarde, la masa transformándose en tortillas, la marchanta soplándole al anafre, que saca chispas. Estoy en Tlaquepaque, en una antojería, comiéndome un plato de pozole con rábano, bien picosito. Estoy en Santiago de Chile, en invierno, afuera del edificio donde vivo, frente al vendedor de motemei.

–¡Qué suerte tengo! Yo vivía por allá por Bilbao y pensé que ya no lo iba a volver a ver. 
– Ah, sí, usted es la que hacía tortillas con mote –el señor sonrió con toda la cara, le seguían faltando los mismo dientes y se acordaba de mí–. Ahora pasé tarde, sí, pero voy a estar pasando más temprano –movió los plásticos y sacó dos bolsas de medio kilo.
– ¿A cómo son?
– A luca el medio. 
– Deme los dos. 

Nos despedimos felices, quizás yo más que él. Su pregón se perdió al final de la calle mientras yo abría la bolsita en la cocina. Estaba calientito, fresco, tierno. Todos mis sentidos se concentraron en el sabor de la tierra ahumada, húmeda y tibia, todo a la vez. No dejo de repetírmelo: qué suerte tengo.

Los chilenos lo comen calientito con miel o en ensalada, acompañado de pebre o garbanzo. Pero a este mote yo le veo cara de pozole y de gorditas de frijol. Seguro me alcanza con lo que tengo. Y si se acaba, no importa. La semana próxima compro tres paquetes, así puedo invitar a mi gente y que cada quien prepare su versión. 

Acá les dejo el canto del vendedor de motemei. Es el vendedor de Valparaíso. Escúchenlo, es un tesoro. "Calentito el motemei, pela'o el medio".

domingo, 1 de julio de 2012

Plate Project en Chile

Hoy empiezo mis 31 días como embajadora de Plate Project. Me llamo Luza, vivo en Santiago de Chile, soy mexicana, estudio un posgrado en literatura. Soy escritora, lectora, cocinera y danzante apasionada. Tengo una loca afición por los mercados, fijos e itinerantes, porque mi alma urbana melancólica del campo encuentra en esa experiencia una ventana a los ciclos. Cada sábado, llueva, truene o relampaguee, voy por mi dosis de Tierra al mercado itinerante (tianguis, feria) que se pone a seis cuadras de mi casa. Es un mercado pequeño pero hermoso, donde he descubierto productos que muchos chilenos ignoran. Ya les presentaré los de esta temporada. Y agárrense: habrá un par de capítulos dedicados a los productos del mar. 


Santiago de Chile en invierno.
Como les contaba, la mayor parte del día me la paso entre leer y escribir, eso me da la enorme ventaja de poder cocinar y comer en casa. Lo digo sin reservas: el mejor lugar para comer en Santiago es mi casa, cuando mejor significa: barato, variado, colorido, equilibrado, hecho con cariño, mezcla de productos locales con ingredientes viajeros, vegetariano delicioso rayando en lo exótico. Lugares así en Santiago... uf... me sobran dedos para contarlos. Pero haré lo imposible por traérselos aquí. También les voy a compartir lo que viene siendo "el patache", o sea, la comilona al puro chilean estáil, igual que las picadas, los restaurantes, el asado y los platillos del invierno, que a mi parecer son los más ricos. 

Sepan ustedes que Santiago es una ciudad donde no hay comida callejera. O donde la comida callejera se reduce a experiencias tránsfugas, por no decir tristes. O donde hay que ir a buscar los dos puestos rescatables de comida callejera a barrios populares específicos, sólo en fin de semana. Eso sí, son para babear sin control. Bueno, y si no hay comida callejera, ¿dónde están los desechables en este país?  Sobre todo están en los empaques de comida del supermercado, en la comida para llevar y en las fiestas populares. Con eso los chilenos tienen para cubrir una elevada cuota de contaminantes. También trataré de mostrarles cómo es que esto ocurre. 


Anticucho dieciochero: brocheta de carne, protagonista de la fiesta de independencia,
celebrada el 18 de septiembre.
Atrás: vino pipeño con helado de piña,  mejor conocido como terremoto.
Todo servido en material desechable...

Adviértoles: mis experiencias culinarias no representan el habitus chileno, pero eso no quita que sea una observadora respetuosa y siempre dispuesta a compartir la cultura gastronómica de los lugareños. Así que este mes, Plate Project será un cruce entre México y Chile. Y todo lo que quepa entremedio, como dicen por acá.


Pizarra a la salida de un cafecito en el pueblo de Pisco,
Valle del Elqui.





domingo, 29 de abril de 2012

Londres en un plato

Por Alex Marin

El plato con mi desayuno
Ya sé, ya sé— Dirán ¿Porqué Esewey ya no dijo nada del plato? Para ser honestos me cayó una tormenta de situaciones inesperadas y tuve que chambear horas extra, pero aún así el plato estuvo ahí.

Para empezar les cuento que andar cargando el plato se convirtió como esos proyectos donde a los adolescentes les dan un bebé de plástico y lo tienen que cuidar para todos lados, sin embargo ha sido una experiencia muy interesante. Sobre todo ver la reacción de la banda.


Vivo en una región bastante "guerrera" de Londres, el barrio de Clapton en Hackney. Sin embargo como parte de los preparativos para los olímpicos la zona ha sido objeto de una gentrificación bastante intensa por lo que, desde Shoreditch hasta Clapton se ha llenado de hipsters, artistas, cuida-planetas... Como uno pues. Así que en general la actitud de reciclar sin parar se ha vuelto popular por acá.

Lo que sí, debo aceptar es un poco complicado es la lavada, cuando la gente me ve caminar al baño con mis cubiertos no sabe que pensar. JE.Viajamos localmente a varias partes. Stratford Upon-Avon, Cambridge... y ahí va el plato.


Echando la KIMCHI BURGER en el mercadito de Chatsworth Road
Generalmente se piensa que en Londres la comida apesta. Y es cierto. No, la realidad es que la oferta de comida es ilimitada. Hay gente de tantas naciones que por ofertas y sabores no paramos. Curry, pasta, caribeño, chino, japonés... ¿Qué quieren? Es más, los ingleses comen más picante que muchos mexicanos por influencia de India. Para los que no lo sabían los Indios (No todos son hindúes) comen mucho más picante que los mexicanos.

Visitamos con el plato el mercado de Chatsworth. Londres está muy orgulloso de sus mercados. Desde su fresísima Notting Hill, el más antiguo Borough Market y los que comienzan como el de Chatsworth donde probamos unas hamburguesas con KIMCHI que es una especie de ensalada koreana picante con col y vegetales. Si quieren saber más pregúntenle a Danny @kimchicult.


Tomando el té, muy inglés @esewey
En este trabajo periodístico la cosa también es buscar lugares inspiradores. Así que en una de esas nos movimos hacia Hamsptead Heath y descubrimos el magdala. Es una especie de cabañita muy inglesa donde puedes sentarte a leer, escribir, echar un vinito y si quieres comer también pero como excede un poco el presupuesto nos limitamos a tomar el té en la tasita del #plateproject por supuesto. Los viernes hace show de comedia con comediantes variados como Sara Pascoe (IT Crowd) y demás personajes de "la onda de la comedia".

Como que ahí no entendieron muy bien el concepto pero igual nos trataron bien. Debo confesar que tomar bebidas calientes se complica por el material pero después de la primera quemada ya lo demás es lo de menos. Con todos los tés y cafés que me he tomado ahí fácilmente se han ahorrado como 50 desechables.

El Reino Unido es de esos países donde TODO te lo empacan.En el súper te venden hasta las frutas en su empaque y después de que llevas tus viandas en empaque individual, por supuesto que te dan OTRA bolsa de plástico para que no te vayas sin hacer publicidad a la calle.

Por ejemplo Wasabi, un restaurante de sushi en formato "comida rápida" vende cada rollito ¡¡¡En su bolsita!!! O sea que después de echarte tu sushi terminas como con una tolnelada de celofán en tu charola. lo que es cierto es que por lo menos en Hackney hay un sistema de reciclado muy eficiente. Cuando notificas a la "delegación"que te mudaste te llevan a tu casa un contenedor de plástico, reciclado por supuesto, donde a lo largo de la semana vas poniendo todo lo reciclable: Vidrio, plástico, cartón, etc.

Los viernes cuando pasa el camión de la basura lo separan por categorías y lo dejan ordenado en la banqueta. Unas horas después pasa otro camión con contenedores separados, se lleva lo reciclable y te dejan tu contenedor para que lo llenes la siguiente semana. Pero bueno, no nos desviemos del tema.


El plato de #plateproject en la rosticería de Harrod's
Uno de los episodios más bizarros fue llevar el plato a Harrod's, la tienda de el fallecido Dodi Al Fayed. Créanme este plato no visitará rosticería mas mamona que esta. En la planta baja hay una especie de mercadito. De verdad es como el mercado de la calle de Campeche pero SUPER MEGA mamón. En una esquina está la rosticería donde sirven un baby chicken exquisito. Hay cola para sentarse en la barra y eventualmente llegan dos que tres choferes a recoger órdenes de alguna celebridad o algún jeque árabe de Kensington. Lo sé porque en la calle de atrás siempre está lleno de Bentleys, Lamborhinis, McLarens y demás.
Por lo pronto me despido y para cuando termine mi mes con el #plateproject, les estoy preparando un vídeo con las experiencias en un divertido formato musical.

En la próxima entrega: El mercado de flores de Columbia Road y un platillo emblemático de Londres EL KEBAB. Así que sigan pendientes, escuchen EL WESO y sigan visitando esewey.com y leyele.net porque estamos haciendo muchas cosas más por acá en Londres.

Cheers!

Indie Food Project #Plateproject

lunes, 30 de enero de 2012

Ciudad de México: Lenta pero voraz


Por Raquel Saavedra

La ciudad de México, una de las más pobladas del mundo, está llena de gente hambrienta. Siempre tiene comida disponible al alcance, y a la mano, del consumidor. Siempre.
En los mercados, calles y avenidas se pueden observar los puestos fijos y los vendedores ambulantes, el carrito empujado a pie o en bicicleta, o simplemente un cajón de madera lleno de dulces que el vendedor carga con sus manos; en las tiendas departamentales, el restaurante o la sección gourmet; en los centros comerciales la zona de comida rápida; en las oficinas la maquinita expendedora de galletas y papas; en las escuelas, la tiendita o la cafetería, y a la salida el vendedor de papitas con salsa y paletas heladas.
Como en todas las grandes ciudades hay servicio de comida a domicilio: garantizado. Tendrás en menos de 30 minutos mucha comida de dudosa calidad a precios excesivos y empacada en un montón de recipientes desechables innecesarios.

Cuando nos transportamos, también hay comida. Si viajas en metro o autobús, subirán vendedores ofreciendo dulces; en las estaciones de trasbordo están los puestos establecidos que se llenan durante la hora de la comida. Si viajas en automóvil,  vendedores ambulantes pasean entre los coches vendiendo botanas, chicles, golosinas y botellas de agua...




Es una de las ciudades más lentas del mundo, en sus  avenidas principales se logra avanzar  a sólo 6 u 8 km por hora. A veces imagino que llegará el día en que alguien tome tu orden en una esquina y te entrege tu comida en el siguiente semáforo. 
Con toda esta comida, moviéndonos a esta velocidad y consumiendo tanta chatarra,  no me sorprende que en el 2013 México ocupará el primer lugar mundial de obesidad, primer consumidor de refrescos y primer lugar en casos de diabetes.
La dieta tradicional en México era muy nutritiva; sin embargo, se ha ido reemplazando por la comida empacada, y el consumo de bebidas hechas a base de frutas se sustituyó por refrescos.

Tengo una firme opinión:  mientras uno no consuma alimentos empacados ni refresco, puede comer moderadamente carbohidratos, grasas y azúcares sin que éstos afecten la salud.
Prometo que en mi platito azul no verán comida chatarra ni bebidas carbonatadas en mi tacita de peltre.  Te invito a que pruebes dejar de lado todo lo que venga en una bolsita sellada o en una botella de plástico, al menos por un mes. 

lunes, 16 de enero de 2012

Comida en la feria


Una amiga vino del extranjero a pasar un tiempo en México, en su recorrido por varias ciudades visitó el D.F por un fin de semana. Le ofrecí mostrarle la ciudad y la llevé a conocer museos, iglesias, mercados y  plazas, pero para enseñarle una cara distinta de la vida en México y variar un poco su agenda fuimos a la feria con algunos amigos.
Como en cada feria, había varios tipos de juegos: carritos chocones, carruseles, un toro mecánico, juegos de destreza, uno que otro lector de cartas que anunciaba poder predecir la suerte y hasta una carpa en donde invitaban a conocer a “Esmeralda la mujer lagarto”. Sin embargo, la mayor atracción es la comida.
Puestos de tacos,  algodón de azúcar, helados, hot dogs, hamburguesas... Elegir algo fué difícil. Yo empecé con uno de mis favoritos, los esquites: granos de maíz sazonados con mayonesa, queso, limón y chile. Normalmente se sirven en unicel, “¿Por favor, me los puede servir en mi tacita?”, “Cómo no güerita” (en México, en los mercados y puestos callejeros los vendedores llaman "güerita" a sus compradoras, ya sean morenas o rubias, en parte porque desgraciadamente existe la creencia que ser  llamada así es halagador, y en parte por la fuerza de la costumbre de hacerlo. Creo que es momento de pedirles a los marchantes que nos digan de otra manera...)

Ahorré un vaso de unicel y uno de mis amigos al conocer el proyecto y entusiasmado al respecto me pidió mi plato prestado y comió pancakes,  que en México son mejor conocidos como “hot cakes”, vasos y platos ahorrados, barriga llena y corazón contento. Continuamos el tour por la ciudad, siguiente parada: Garibaldi, ninguna visita a México se siente completa si no hay una noche de tequila acompañado de musica y Mariachi.

martes, 10 de enero de 2012

Reyes, roscas y tamales



En México, el 6 de enero se festeja el día de reyes. Aunque es una celebración de origen católico, ese día todos los mexicanos, sin excepción, comemos con gusto la rosca de reyes, un pan cubierto con azúcar y frutas cristalizadas.  Es común compartirla con la familia- y por supuesto con una taza de chocolate con leche caliente-, pero también se invita a los amigos, o compañeros de oficina y escuela.



Dentro de la rosca está escondido un  muñequito de plástico (anteriormente hecho de porcelana) que representa al niño Jesús. La tradición marca que aquel que lo encuentre,  debe convidar el 2 de febrero, día de la Candelaria, los tamales  (una especie de pan de maíz al vapor).

Generalmente al toparse con el muñequito se provoca la risa de quien está sentado a la mesa, acompañada de comentarios y chistes acerca de quién comprará los tamales, por lo cual, la multiplicación de los muñequitos equivale a la multiplicación de las risas; sin mencionar que representa la repartición del gasto de los tamales entre dos, tres o más personas.
Creo que hay un habitante en mi rosca, como cada año.



Este año a mí me salió el muñequito, hay quien dice que es de buena suerte... No estoy segura, pero bueno, al menos podré elegir el sabor de los tamales en febrero: los de dulce y los de frijol son mis favoritos.


Ya les platicaré más de los tamales.
Por cierto, en Francia y en Nueva Orleans también hay panes de reyes...

lunes, 9 de enero de 2012

Tiritas de pescado

Tipo de ceviche tradicional de Zihuatanejo, Guerrero


Para 4 personas

800g de pescado firme (marlin o vela)
16 limones
Sal de mar al gusto
1 cebolla morada
Chile verde al gusto
1/2 cucharadita de orégano

Corta el pescado de manera transversal para que no se desbarate.
Exprime el jugo de limón en un tazón hondo. Coloca el pescado cortado en el limón. Deja reposar durante 5 minutos.
Una vez transcurridos los cinco minutos, agrega la sal de mar.
Ralla con un pelapapas la cebolla morada.
Pica y agrega el chile verde y el orégano.
Para servir, retira las tiritas del jugo de limón y acompáñalas con tostadas.


*Receta del restaurante Sixtino´s





viernes, 6 de enero de 2012

Bocados del mar


Historia de la comida en el Plato
Por Raquel Saavedra
Zihuatanejo, localizado en el estado de Guerrero, en la costa del Pacífico, es un lugar maravilloso para vacacionar, nadar, surfear, tomar el sol, salir a pasear y, por supuesto, comer.
Amanece en el Pacífico
Una visita a playa La Ropa viene siempre acompañada de las típicas botanas y platillos locales. Vendedores de pescados y mariscos frescos llevan una probadita de éstos hasta tu sombrilla, nada como compartir un platillo entre amigos frente al mar. 
Mis favoritos son las tiritas de pescado, que como su nombre lo indica son tiritas de pescado crudo marinadas con limón y mucha cebolla morada; seguidas de las pescadillas: tortilla de maíz doblada a la mitad rellena de pez vela o marlin, fritas y acompañadas de salsa. Y para acompañarlas: una cerveza fría. Eso sí, hay que tener cuidado de que no les caiga un poco de arena o se salpiquen  de agua de mar. Suele pasar cuando uno come después de nadar y separado de la arena sólo por una tela que sirve de improvisado mantel.
Pescadillas en la playa
Al fondo, un hombre toca la guitarra y canta; las familias ríen y platican. Me siento feliz de ahorrar un plato y ver que en el agua no hay basura y se refleja un hermoso tono azul.

jueves, 5 de enero de 2012

Cómo comerse el mundo en un sólo plato

Un sólo plato, doce voluntarios, cientos de historias, miles de posibilidades...

Empezamos el año con el  Proyecto Plato,  una idea que comenzó con la broma de una amiga respecto a todo lo
que llevaba conmigo en la bolsa por mi manía de evitar el uso de desechables.

¿Cuántos desechables podría ahorrar si llevara mi propio plato y vaso? Luego pensé que no era una idea tan absurda, al menos probándola podría comprobar su inutilidad y dejarla de lado. ¿Una semana? ¿Un mes? ¿Un año?... Un mes bastaba para contar cuántos platos y vasos desechables podía ahorrar.  ¿Y por qué no ir más allá? El plato podía ser un elemento para comparar el uso de desechables en otros países,  además de un pretexto para contar historias alrededor del mundo y la vida diaria que se desarrolla en el universo de la comida.





Fui afortunada: cuando propuse el proyecto, la gente aceptó a ayudarme con gusto y entusiasmo. El plato es un símbolo, un gesto pequeñito que puede tocar a mucha gente, a quien nos acompañe a la mesa, a los cocineros y meseros, a los curiosos que pasen frente al puesto callejero de comida y, por supuesto, a quien generosamente nos dé un poquito de su tiempo y nos lea.
También le pusimos una taza y una cuchara...
Espero que el plato viaje y, como buen viajero, cuente historias, historias reales de gente real y barrigas felices.

martes, 3 de enero de 2012

Plato viajero


Pusimos a viajar un plato y un vaso. Estos irán de país en país durante todo el año. Cada mes un embajador será responsable de comer y beber en ese recipiente. ¿Para qué? Para crear conciencia sobre el uso de productos desechables. ¿Es realmente necesario utilizar tantos?

Ilustración de Víctor García

El plato viajero contará los desechables que ahorra. Será interesante ver cuáles son los países que usan más productos desechables. ¿Será Suecia, India, México?

Otro de los objetivos del Proyecto Plato será conocer las tradiciones, cultura y recetas de cada lugar. Así es que nuestros embajadores estarán compartiendo con nosotros sus experiencias. Síguelos por aquí y en twitter con el hashtag #plateproject

*El viaje ya comenzó, inició en México en las costas del Pacífico. Raquel es la valiente y primera voluntaria. Aquí puedes leer algunas de sus colaboraciones anteriores para Indie Food: Las cebollas en MinamataComo Japón se sobrepone a los problemas ambientales, Tasty Challenge. 

lunes, 26 de diciembre de 2011

Proyecto Plato


© Craig Ward


Inspirado en “The Uniform Project” http://www.theuniformproject.com/ Indie Food ha planeado el “Proyecto Plato”, un performance para crear conciencia sobre la situación alimentaria global y compartir un poco de la cultura gastronómica local.

El Proyecto Plato arrancará en México y dará la vuelta por 12 países en 12 meses. Regresará  en 2013 con historias y recetas de viaje.

Fundamento:

El uso de materiales desechables, como el unicel,  es nocivo para el medio ambiente. Utilizar estos productos es innecesario y su reciclaje implica demasiada  contaminación. Existen alternativas más ecológicas y económicas, lo cuales  demostraremos a través del “Proyecto plato”.

¿En qué consiste el Proyecto Plato?

Consiste, como su nombre lo indica, en un plato hecho de algún material resistente y fácil de lavar que viajará alrededor del mundo durante un año. El plato permanecerá con un usuario voluntario en un periodo de un mes antes de cambiar de usuario y país. El usuario lo llevará consigo durante el mes en su bolso o mochila, al igual que un contenedor/recipiente para bebidas y lo utilizará para recibir ahí su comida y bebida en fiestas, restaurantes o puestos callejeros, demostrando así que se puede reducir o incluso eliminar el uso de desechables.

El objetivo es crear consciencia en torno a la producción y uso de desechables. Alentar a las personas a reflexionar sobre su producción de basura, así como exhortar a que utilicen menos productos desechables y reciclarlos cuando esto suceda

El Proyecto Plato también busca ser un símbolo de unidad global entre individuos alrededor del planeta comprometidos con el medio ambiente y una cultura de la comida sustentable.

¿Dónde seguirlo?

Síguelo  el  blog Indie Food  (revolutionarykitchen.blogspot.com) o la página web www.indiefoodproject.com, a través de fotografías y entradas. En éstas encontrarás  pequeños relatos sobre sobre la cultura gastronómica local y los platillos que coma el usuario, ya sea en festivales, aviones, restaurantes, etc.
  
Al finalizar el proyecto, habrá una bitácora con todos los alimentos que se sirvieron en ese plato (comidas del mundo) y el número aproximado de platos desechables que se ahorraron al utilizarlo.  Los países que visitará el plato durante el año 2012 representan las distintas regiones del planeta.

Por ahora, estos son los países participantes confirmados:
México, Fiji, India, Israel, Suecia, Emiratos Árabes Unidos, Canadá, Colombia, Hong Kong, Inglaterra y Chile.

Twitter @indiefood
#plateproject

lunes, 9 de mayo de 2011

¿Flojera de lavar platos?

Por Claudia Luna 


En el Reino Unido se utilizan 10,000 millones de vasos de unicel al año, unas 40.000 toneladas de este material.



En 1908 nació en Nueva Inglaterra el unicel, un producto resistente al calor y los cambios químicos. El paso del tiempo ha a aumentado la pluralidad de los productos de unicel, pero actualmente representa uno de los principales problemas ambientales en cuanto a producción de basura: tarda alrededor de mil años en degradarse. Aunque comienzan a instaurarse programas de acopio para la reutilización del unicel en la fabricación de resinas, sólo 4% de la producción total es reciclado. 


La acción eco-indie 
Evita el unicel; si lo consumes, deséchalo por separado en centros de acopio. Hay materiales que son amigables con el planeta, tazas, platos y vasos de cartón o papel que se pueden reutilizar. Puedes utilizar los recipientes de unicel para sembrar semillas e iniciar tu huerto casero.


Fuente: 
Conciencia ambiental

domingo, 14 de noviembre de 2010

¡Menos basura!

Por Paz Merino

Alternativas sencillas para reducir la producción de basura que generamos en la cocina.

Una persona adulta genera entre 1.5 y dos kilogramos de basura al día. Recuerda que 82 % de la basura que produces es materia prima reciclable o reutilizable.

  • Consume menos, reutiliza más.
  • Evita los productos desechables y con empaques inútiles.
  • ¡Aléjate del unicel!
  • No uses tapas, bolsas y popotes que no necesitas.
  • Elige papel o cartón en lugar del plástico.
  • Prefiere presentaciones grandes a muchas pequeñas: esto reduce la cantidad de basura que se genera en empaques.
  • Cuando vayas al supermercado lleva contigo una bolsa de tela o una canasta para transportar tus compras.
  • Clasifica tu basura y llévala al centro de acopio; si no puedes hacerlo, al menos habrás contribuido al trabajo de la gente del servicio de recolección de basura.